jueves, 27 de abril de 2017

Alan Turing, el padre de la computación.

Es considerado una de las piezas clave en el mundo de la computación, además de contribuir decisivamente en campos como la informática teórica y la criptografía. Entre sus más destacables hitos científicos encontramos: la función calculable, la máquina de Turing, el pre-desarrollo de la computadora Colossus, la desencriptadora Bombe, la prueba sobre inteligencia artificial, además de un largo etcétera de aportaciones conceptuales y técnicas para el desarrollo de la ciencia.

Durante su periodo de estudiante, pasó por diferentes centros de prestigio como el King’s College de Cambridge y la Universidad de Princeton, en los que se especializó en matemáticas, lógica y teoría de probabilidades. En 1936 publicó un trabajo en el que propuso un ingenio abstracto, conocido posteriormente como máquina de Turing. La máquina de Turing es un modelo matemático que opera y lee instrucciones de una cinta y que es capaz de emular la lógica de funcionamiento de cualquier algoritmo de un computador. Lo más sorprendente es que Turing desarrolló este modelo, que podía describir el funcionamiento de los ordenadores, antes de que existiera la tecnología capaz de construirlos.

Trabajando en Bletchley Park junto con otros colegas desarrolló La Bombe, una máquina electromecánica basada en el trabajo de unos criptógrafos polacos y con la que se consiguió descrifrar el código de las Enigma. El funcionamiento de La Bombe se basaba en una heurística que permitía acotar las posibilidades descartando las combinaciones menos probables. 

Tras su estancia en Bletchley Park, Turing pasó a trabajar en el National Physical Laboratory de Londres, en el que pudo aprovechar su experiencia de trabajo con la computadora Colossus para diseñar el que podría haberse convertido en el primer ordenador de programa almacenado, ACE. Sin embargo, el proyecto se retrasó y no llegó a completarse hasta 1950.

Decepcionado por estas demoras, Turing aceptó un puesto en la Universidad de Manchester en 1948 y se centró en el estudio de un concepto clave de la inteligencia artifical: ¿hasta qué punto podemos considerar a una máquina “capaz” de pensar? Como resultado de esta investigación, desarrolló un experimento conocido como test de Turing.
El test de Turing se basa en comprobar si un ordenador puede convencer de que es humano a un interrogador durante una conversación 
La última fase de la vida de Alan Turing es bastante triste, ya que fue sometido a juicio y condenado por homosexualidad, un delito grave en la Gran Bretaña de entones. Sus opciones de condena fueron la cárcel o un tratamiento hormonal. Turing optó por un tratamiento hormonal con estrógenos. Este tratamiento le provocó terribles efectos secundarios como obesidad, crecimiento del pecho e impotencia. Finalmente, en junio de 1954, Alan fue encontrado muerto en su casa, junto a una manzada mordida que contenía cianuro.